miércoles, 27 de abril de 2016

Hambre de contemporaneidad en Florencia

Hasta el mes de octubre las mejores obras del renacimiento compartirán espacio con las esculturas del belga Jan Fabre.




En Piazza Signoria ya está instalada una enorme tortuga con un hombre encima que se titula «Searching for Utopia». 




La obra queda muy cerca del monumento ecuestre de Cosimo I de Medici, escultura renacentista de Giambologna. Dos jinetes que cabalgan juntos y que, sin duda dan mucho que pensar. 

A dos pasos, junto a la copia del David de Miguel Ángel y la Judit de Donatello han colocado otra singular obra, «The man who measures the clouds.

El ego de Jan Fabre no se puede decir que sea pequeño ya que ambas obras son autorretratos. La primera como caballero y la segunda como guardián. Un poco como si el autor pretendiese hacer de enlace entre el cielo y la tierra, entre el espíritu y las fuerzas e la naturaleza.



Fotos de Mario Ferrari
Esta iniciativa se completa con otras obras ubicadas en el interior de Palazzo Vecchio, como por ejemplo un mapamundi, de más de dos metros de diámetro, forrado de escarabajos de caparazón tornasolado que rivaliza con el globo terrestre del 1500, obra de Ignacio Danti, que se encuentra a pocos metros.
Esta no es la primera vez que Florencia atrae a artistas contemporáneos. El primero fue Botero en 2003. Un escultor que casi juega en casa ya que desde hace muchos años, Botero tiene el atelier en Toscana.

Más polémica fue la obra que el estadounidense Jeff Koons presentó el año pasado en Palazzo Signoria, una obra enorme que no fue del gusto de todos. Además, este artista, en Italia, es más conocido por ser el ex marido de la Cicciolina que por sus obras.
Volviendo a Jan Fabre, los florentinos le han abierto las puertas de par en par y además de una performace que se realizó hace unos días en la misma plaza, el Fuerte Belvedere albergará a partir del 14 de mayo unas sesenta obras de bronce y cera.
Esta exposición contará con siete escarabajos de bronce colocados en la atalaya del Fuerte.
Para Fabre, el escarabajo simboliza los ángeles de la metamorfosis y en las antiguas religiones, el pasaje entre la vida terrena y la vida eterna. En definitiva un batido entre Kafka y el antiguo Egipto que no queda nada mal.





El grito en el cielo


Las obras de Fabre han conseguido poner de los nervios a los amigos de los animales ya que en algunas se usan animales disecados, como por ejemplo en una calavera humana toda forrada de escarabajos tornasolados que sostiene en la boca a una ardilla.
El artista se defiende asegurando que él no ha hecho jamás daño ningún animal y que todos los que usa tienen “Certificado de muerte por causas más o menos naturales” pero los detractores no se lo tragan y acusan al Ayuntamiento Florentino de fomentar, con esta exposición, el maltrato animal y la insensibilidad, “A parte de ser de dudoso gusto”.
Otros que tampoco están tan contentos con esta iniciativa son los florentinos de rancio abolengo que sostienen que estas obras deslucen el patrimonio histórico de la ciudad y que se hace sólo para uso turístico.

En mi opinión, acercar el arte contemporáneo a la gente, turistas y no turistas siempre es positivo. Hacer pensar es siempre bueno y babosear constantemente los logros de los ancestros sin ser capaz de crear nada nuevo tiene ningún mérito. 
El medidor de nuves





Soy de la opinión que a los artistas hay que darles espacio mientras están vivos (Fabre tiene sólo 57 años y tiene que comer como todos). Así que aplausos
a Florencia y a su Ayuntamiento.

domingo, 10 de abril de 2016

Cómo navegaban los antiguos romanos


Discos de bombas de achique.
¡Observar los carteles artesanales!
Hace 20 años, mientras se realizaban unas obras para mejorar la estación de tren de Pisa – San Rosore se encontraron  – es el problemilla que se encuentran en Italia que van a plantar un geranio y se encuentran una ciudad etrusca-  con los restos de varias naves de época romana que s habían hundido por los aluviones que se producían en la confluencia entre el canal pisano y el río Serchio.
Esto de los aluviones ha sido hasta hace bien poco un problema bastante grave en la Toscana, tuvo que desbordarse el Arno a la altura de Florencia (en noviembre de este año se cumplirán 50 años) para que se pusieran las pilas.
En la época de los romanos las cosas no eran mejores como lo demuestras los restos de 30 naves que se quedaron, más que en dique seco en dique embarrado para el resto de la eternidad.
Restos de una proa
Restos de peines, suela de un zueco y el fondo de un cesto
.Notar los carteles escritos con rotulador

















En el museo “Cantiere delle navi antiche di Pisa” (Museo de las obras de las naves antiguas) de Pisa  encontramos restos que explican, no sólo como eran las naves de la época romana, sino también como era la vida cotidiana de los marineros y de las personas ligadas al mar.



Los objetos cotidianos de las naves romanas

Las piezas que se exponen forman parte de esta forma de vida. Han encontrado cuerda en cantidades industriales pero también otros aparejos interesantes  coma anclas de piedra, de hierro e incluso de madera. Impresionantes las cestas, tapetes y bolsas realizados con fibras naturales y que no obstante los casi 2000 años de antigüedad están completamente íntegros.
Naturalmente, hay ánforas que, en algunos casos, todavía guardan celosamente restos de los productos que transportaban, aceite, vino o incluso cereales. Residuos conservados gracias a que las tapas de terracota han resistido los aluviones y los 2000 años bajo tierra.
Restos humanos


Una de las cosas que más ternura produce son los objetos de uso personal como las suelas de zuecos, peines y peinetas de madera, anillos brazaletes, fibias (alfileres para sujetar capas), una cuchara laminada en oro y un cazo con restos de doradura. Algo en lo que no solemos pensar al ver estos objetos es que sus legítimos propietarios los perdieron de forma dramática. Hay constancia de que además de las naves, las mercancías y los animales, los aluviones segaron la vida de al menos una persona cuyos restos podemos ver también en el museo.

La vida comercial de la antigua Roma se desarrollaba gracias, además de las espléndidas carreteras, por el mar, en eso no se ha cambiado demasiado, así que resulta natural encontrar en estas excavaciones muestras de las mercancías con las que se comerciaba. En los restos de estos naufragios se han encontrado botellitas para el bálsamo, platos para quemar perfumes, copas de cristal de todo tipo y calidad desde las de “todo trote” de color ocre y de vidrio grueso a las hay más refinadas de color verdeazulado, ámbar oscuro. Incluso hay un bello plato de un intenso color azul.

Los restos de las naves

Lo más espectacular son los restos de las naves, las improntas que han dejado en el suelo, parece que hay más de treinta. Como no podía ser de otra manera, también se han encontrado monedas, entre las curiosidades una que probablemente hacía función de amuleto de proveniencia bitinia


Ánfora 
Estos restos están esperando un espacio propio más adecuado desde el 2005, no está claro si esperan que crezca algo de generación espontánea o es que lo piensan construir. De cualquier forma si no tienes ganas de gastar 19 euros en subir a la Torre de Pisa, te puedes gastar 6 en ver un museo que tiene piezas únicas en el mundo y corretear más o menos por las excavaciones.
Lo malo es que hay que reservar porque son visitas guiadas el horario de viernes a domingo es a las 10 -11 -12 y por la tarde (esta gente come a la 13.00 a más tardar) a las 14.30 y a las 15.30. Si se tiene el “capricho” de hacer la visita viernes, sábado por la mañana y lunes, hay que reservar con al menos una semana de antelación. Y cruzar los dedos porque si no se es un grupo de al menos 10 personas... pues tampoco te lo enseñan. Para las escuelas realizan talleres en el que los niños tiene la oportunidad de catalogar, limpiar y pegar restos arqueológicos. Una oportunidad rara y única en un país que ha decidido eliminar la asignatura de Historia del Arte en el curriculum escolar.

Esta polémica decisión se debe, seguramente, a la inexplicable fascinación que siente el Gobierno italiano por el sistema educativo nórdico. Inexplicable porque es gente que ha decidido no enseñar a escribir a los niños porque ya hay ordenadores, y que además, no obstante son los anfitriones del Premio Nobel hay muchos menos premiados de nacionalidad sueca que italiana.
Que los suecos no tengan Historia del arte en el curriculum escolar es lógico. ¿Cuanto se tarde en aprender el catalogo de Ikea?. Que los italianos no estudien esta materia equivaldría a que los niños japoneses no estudien informática. Una ruina.

Como llegar:

El  “Cantiere delle Navi Antiche di Pisa” está en la Via Ranuccio Bianchi Bandinelli  a 10 minutos andando desde la Torre de Pisa, cerca de la estación de tren de Pisa San Rossorenelle.Tel. +33 055 3215446 de lunes a viernes de 9 a 19 fax + 33 055 3218017