martes, 1 de abril de 2014

San Galgano: la espada en la roca

Un día del Siglo XII, en la provincia de Siena, en el corazón de la Toscana, un caballero medieval con su armadura y demás parafernalia llamado Galgano Guidotti se hartó de tanta batalla y hundió su espada en la roca jurando no volver a levantar la mano contra nadie y se puso a vivir en plan ermitaño. De esta acción tan personal nacieron dos cosas: una impresionante abadía (el hombre debía de tener don de gentes porque en seguida tuvo seguidores) y la leyenda de la espada en la roca.
 Para entender esta decisión tendremos que viajar a la Edad Media.

AD 1.115 Matilde di Canossa muere de gota.  Esta mujer extraordinaria que había puesto de rodillas al emperador Enrique IV,  era dueña prácticamente toda la Toscana hasta el Adriático, dejó todas sus posesiones al Estado Pontificio con el consecuente revote del Emperador que impugnó el testamento dando comienzo a unos 100 años de guerras, año arriba, año abajo. 
Matilde era de la misma pasta que Leonor de Aquitania, esa les hacía la guerra a sus maridos, dentro y fuera de la alcoba,  (el primero era rey de Francia y el segundo de Inglaterra) para imponer su voluntad e intereses. La de Canossa con seis años vio morir a su padre envenenado,  sus dos hermanos morían en “extrañas circunstancias” al poco tiempo.
Fotos Daniela Regoli
Su seguridad dependía de su capacidad en mantener a todos a raya, por el norte la codicia del Sacro Imperio y al sur las ambiciones del Papa. Con tanto trajín no es de extrañar que muriese sin descendencia. Eso, y el hecho de que su primer marido era jorobado y además le llamaban “el Barbudo” ¡Vamos!!El sueño de toda mujer!.
Consecuencia de todas estas vicisitudes, los territorios toscanos se enzarzaron en unas luchas sin fin en las que participó nuestro Galgano, natural de Chiusino, que vinculado a Volterra, luchaba contra Siena y perdió.

La leyenda narra que San Galgano pertenecía a una familia rica y que dejando todo lujo plantó la espada en la roca y marchó de peregrinaje. En su ausencia tres ladrones intentaron robarla, la rompieron sin conseguir sacarla, atrayendo el castigo divino. Uno murió al instante, otro se ahogó y al tercero le atacó un lobo que le cortó las manos (en la ermita, en una vitrina, se pueden ver lo que queda de estas manos) pero se salvó en el último minuto porque se arrepintió y pidió perdón. La espada se reconstruyó y permaneció unida a la roca hasta nuestros días.
Una curiosidad, la famosa espada de Excalibur que aparece por primera vez en la obra de Robert de Baron es posterior a la historia de nuestro caballero de Chiusino, además, no deja de ser curiosa la similitud entre los nombres de Galgano y Sir Gawain, el famoso caballero de la mesa redonda. Probablemente fue la historia de San Galgano que inspiró, en parte, estas leyendas inglesas. Otra similitud es la  forma de la ermita en la que se encuentra estas reliquias, la Rotonda di Montesiepi, un diseño nada común para un templo, que recuerda ideológicamente a la famosa mesa redonda del Rey Arturo.
La monumental abadía, de estilo cisterciense, uno de los primeros ejemplos del gótico en toscana, empezó a construirse en el 1218, se completó en 1288. Tras una época de gran esplendor, la peste y las carestías del siglo XIV dieron inicio a un progresivo abandono. 

El techo y el campanario se cayeron en el SXVIII. Desde entonces estas ruinas son como una inmensa ventana de piedra que nos deja ver el espléndido cielo estrellado toscano.
Actualmente, en verano, estas ruinas son el magnífico escenario de conciertos, óperas y otros eventos culturales.  Yo he tenido la suerte de ver una Carmina Burana y os aseguro que es una experiencia maravillosa.

2 comentarios:

  1. Estos ingleses, no hacen mas que copiar leyendas..

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  2. Es lo que tiene tener buenas ideas!
    Muchas gracias por seguir mi blog!

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