La Toscana es como un imán para
artistas excéntricos, gente lunática de todo pelaje, condición y nacionalidad. En
1979 la escultora francesa Niki de Saint Phalle tuvo el antojo de construir, en
la localidad toscana de Capalbio, un jardín con un tema de lo más curioso: las
cartas del Tarot. Parecía una misión imposible y lo habría sido en cualquier otra
parte del mundo pero no en Toscana, en dónde las ideas más increíbles y
fantasiosas consiguen hacerse realidad.
Fotos de Yan Zhu |
Vista la variedad y cantidad de artistas que pasan por esta fantástica región, no creo que a la Saint Phalle le fuese
difícil encontrar colegas que le ayudasen a realizar su sueño, pagando a tocateja, se entiende.
Emplearon 17 años y pusieron su granito
de arena artistas como: Venera Finocchiaro, Ricardo Menon, Rico Weber, Dok van
Winsen, Sepp Imhof, Paul Wiedmer, Pier Marie e Isabelle Le jeune, Alan Favie,
Marina Karella y sobre todo su marido Jean Tinguely.
Saint Phalle era una gran admiradora de la
obra de Gaudí y la idea de construir un jardín legendario se la dio una visita
a Bomarzo. De ahí todo fue ponerse. Evidentemente, la administración de
Capalbio en esa época no podía comprender el proyecto pero pensaría: “¿qué
quiere hacer un jardín súper friki en su propiedad? ¡Pues allá penas!” y le
concedió los permisos. Actualmente, la administración es muy consciente del
valor de este jardín y lo apoya activamente aunque sea una fundación privada.
Las esculturas las han realizado con una
especie de esqueleto de hierro cubierto de cemento, a su vez, cubierto de
mosaicos hechos con diferentes materiales, desde el cristal de Murano, que
podemos ver por ejemplo en la cara de la sacerdotisa, a la cerámica o el
espejo.
En este alucinante jardín están representados
los 22 arcanos mayores en esculturas altas de 12 a 15 metros.
Podemos empezar por “el mago” con las
manos recubiertas de pequeñas piezas de espejo, luego la sacerdotisa, homenaje
a Bomarzo, de cuya boca sale una pequeña cascada de agua que va a dar a la
rueda de la fortuna. A dos pasos, nos
encontramos con La Fuerza representada por una figura femenina que con una
correa invisible domina a un dragón cubierto de espejo verde.
El Sol tiene la forma de un pájaro
posado en un arco, La Muerte a lomos de un caballo con tanto de guadaña en mano
para seguir con El diablo, El Mundo, El loco y El Papa. No deja de ser curiosa
la lectura que podemos hacer: el sol que ilumina incluso a la muerte que
persigue todo lo que concierne a este mundo. La carta del ahorcado está dentro del
árbol de la vida y un poco más adelante está
La justicia, una mujer que tiene al interno una máquina que representa
la injusticia inmovilizada por una veja con un gran candado.
Más alegre es la escultura que
representa a los Enamorados que parecen Adán y Eva de merendola en el campo. Siguen
El Ermitaño, La Torre y El Emperador.
Hay también escenas de caza, de
dragones, de hombres heridos y una fuente que representa la lujuria con mujeres
que juegan con el agua.
La carta de La Emperatriz tiene forma
de esfinge y es prácticamente una casa, dentro hay in gran salón, un baño, un
dormitorio y una cocina con todo lo que hace falta. Esta estructura fue durante
mucho tiempo la casa de la artista.
No faltan las cartas de: El Carro, La
Estrella, La Luna y El juicio pero la más bonita es la templanza puesta sobre
una pequeña iglesia completamente cubierta de espejo con un pequeño altar en el
que se apoya una Virgen negra en cerámica.
Sobre el tarot se han escrito
toneladas de literatura. Hay gente que se lo cree como la Biblia, otros que lo
viven como si fuese una especie de juego de la oca y otros que lo rechazan como
una estupidez de mentecatos supersticiosos. Da igual cual sea tu convicción, Il giardino dei tarocchi de Capalbio es una experiencia estética impresionante, alegre
y festiva que merece la pena visitar.
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