miércoles, 19 de marzo de 2014

El Jardín del Tarot en Capalbio

La Toscana es como un imán para artistas excéntricos, gente lunática de todo pelaje, condición y nacionalidad. En 1979 la escultora francesa Niki de Saint Phalle tuvo el antojo de construir, en la localidad toscana de Capalbio, un jardín con un tema de lo más curioso: las cartas del Tarot. Parecía una misión imposible y lo habría sido en cualquier otra parte del mundo pero no en Toscana, en dónde las ideas más increíbles y fantasiosas consiguen hacerse realidad. 
Fotos de Yan Zhu
Vista la variedad y cantidad de artistas que pasan por esta fantástica región, no creo que a la Saint Phalle le fuese difícil encontrar colegas que le ayudasen a realizar su sueño, pagando a tocateja, se entiende. 
Emplearon 17 años y pusieron su granito de arena artistas como: Venera Finocchiaro, Ricardo Menon, Rico Weber, Dok van Winsen, Sepp Imhof, Paul Wiedmer, Pier Marie e Isabelle Le jeune, Alan Favie, Marina Karella y sobre todo su marido Jean Tinguely.

Saint Phalle era una gran admiradora de la obra de Gaudí y la idea de construir un jardín legendario se la dio una visita a Bomarzo. De ahí todo fue ponerse. Evidentemente, la administración de Capalbio en esa época no podía comprender el proyecto pero pensaría: “¿qué quiere hacer un jardín súper friki en su propiedad? ¡Pues allá penas!” y le concedió los permisos. Actualmente, la administración es muy consciente del valor de este jardín y lo apoya activamente aunque sea una fundación privada.

Las esculturas las han realizado con una especie de esqueleto de hierro cubierto de cemento, a su vez, cubierto de mosaicos hechos con diferentes materiales, desde el cristal de Murano, que podemos ver por ejemplo en la cara de la sacerdotisa, a la cerámica o el espejo.
En este alucinante jardín están representados los 22 arcanos mayores en esculturas altas de 12 a 15 metros.
Podemos empezar por “el mago” con las manos recubiertas de pequeñas piezas de espejo, luego la sacerdotisa, homenaje a Bomarzo, de cuya boca sale una pequeña cascada de agua que va a dar a la rueda de la fortuna.  A dos pasos, nos encontramos con La Fuerza representada por una figura femenina que con una correa invisible domina a un dragón cubierto de espejo verde.
El Sol tiene la forma de un pájaro posado en un arco, La Muerte a lomos de un caballo con tanto de guadaña en mano para seguir con El diablo, El Mundo, El loco y El Papa. No deja de ser curiosa la lectura que podemos hacer: el sol que ilumina incluso a la muerte que persigue todo lo que concierne a este mundo. La carta del ahorcado está dentro del árbol de la vida y un poco más adelante está  La justicia, una mujer que tiene al interno una máquina que representa la injusticia inmovilizada por una veja con un gran candado.
Más alegre es la escultura que representa a los Enamorados que parecen Adán y Eva de merendola en el campo. Siguen El Ermitaño, La Torre y El Emperador.


Hay también escenas de caza, de dragones, de hombres heridos y una fuente que representa la lujuria con mujeres que juegan con el agua.
La carta de La Emperatriz tiene forma de esfinge y es prácticamente una casa, dentro hay in gran salón, un baño, un dormitorio y una cocina con todo lo que hace falta. Esta estructura fue durante mucho tiempo la casa de la artista.


No faltan las cartas de: El Carro, La Estrella, La Luna y El juicio pero la más bonita es la templanza puesta sobre una pequeña iglesia completamente cubierta de espejo con un pequeño altar en el que se apoya una Virgen negra en cerámica.

Sobre el tarot se han escrito toneladas de literatura. Hay gente que se lo cree como la Biblia, otros que lo viven como si fuese una especie de juego de la oca y otros que lo rechazan como una estupidez de mentecatos supersticiosos. Da igual cual sea tu convicción, Il giardino dei tarocchi de Capalbio es una experiencia estética impresionante, alegre y festiva que merece la pena visitar.

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