jueves, 12 de marzo de 2020

Febrero en Atenas

El pasado mes de febrero me pasé unos días en Atenas, capital de Grecia.
El Partenón de la Acrópolis
Ya había estado hace unos años pero aún así descubrí muchas cosas.
Erecteión de la Acrópolis con sus características cariatides. Las auténticas están en el Museo de la Acrópolis
La primera impresión sobre la ciudad es que es feucha. Excluyendo monumentos.
Me lo pareció la primera vez que estuve, pero en aquella época estaban haciendo las obras del metro desde Omonia a Sintagma y la ciudad estaba abierta en canal.

Lo disculpas, las obras son obras en todo el mundo.
Esta vez he visto una ciudad llena de pintadas.
Ninguna de Banksy, la mayoría birriosas firmas con el alfabeto latín, si al menos estuviesen en griego tendría su gracia.
Excluyendo el tema de las pintadas que dan sensación de suciedad, las calles del centro están limpias.

Escultura de bronce de Zeus

Descubrí que en Atenas, en febrero, hace un frío que pela (lo dice una de Burgos). No obstante, la vida la siguen haciendo en las terrazas, con estufillas colgadas para animar la situación. ¡Heroico!
Lo bueno es que el número de turistas es reducido por lo que no hay mogollones y los precios y los servicios están genial.
Otra impresión que me llevé es que las cosas en Atenas no van muy bien. Un buen número de  personas dormían en la calle en pleno centro. No quiero pensar qué pasará en la periferia.
Los precios de la comida en los supermercados es un poquito más barata que en España, pero por lo que nos dijeron allí el sueldo mínimo es la mitad que el nuestro. No sé cómo se lo montan.
Si no te gustan las piedras, Atenas no es un destino para ti.

Estas son las cosas que no se pueden perder si vas a Atenas.

  • La Acrópolis. Si todo el mundo lo dice por algo será.
    Colección de ostrakon con el nombre de Temistocles
  • El museo de la Acrópolis. Una arquitectura moderna fantástica pensada para recorrer de forma simbólica la subida ceremonial a los tempos que se hacía en la antigua Grecia con unas piezas que quitan el hipo. No tienen audioguías.
  • Callejear por Plaka (Centro histórico) y ver las ágoras, en especial la Stoa de Atalo que es un pequeño museo. Tienen los ostrakon (cachos de cerámica con nombres escritos) con los que mandaron al ostracismo a Temistocles. Prácticamente un acta judicial de unos 2.500 años. También tienen un instrumento muy curioso para elegir los jurados en los juicios. Esta gente estaba muy avanzada.
    Instrumento para elegir jurados
  • El horologion o Torre de los vientos. Un reloj que calculaba de forma hidráulica los movimientos de los astros y los vientos. Flipas con la tecnología que tenían.
    Torre de los vientos en el ágora antigua
  • El Pireo. Si como a mí, no te da tiempo a ir a ver las islas, al menos puedes ir en metro a ver el mar. Precioso. Nunca cansa.
    El Pireo lejos del inmenso puerto
  • El cambio de la guardia en el Parlamento. Plaza Sintagma. La coreografía es muy interesante y tiene que ser agotador.
  • El museo Arqueológico Nacional de Atenas. Viejuno, te pierdes un poco. No tienen audioguías ni catalogo del museo. La cafetería es pequeña, tienen poco para comer pero está en un patio muy mono.
  • La comida griega. Toda está buena. El gyro es lo más popular parece un kebab solo por como se cocina pero está riquísimo. La musaka que es una especie de lasaña de beregenas y carne. Y desde luego el Tzatzaki la famosa salsa de yogur y las empanadas de espinacas y queso feta spanakopita. El vino no es un gran que pero la cerveza está buena. Además, los precios son más que razonables.
  • Los dulces. Tienen pinta de ser super empalagosos, con mucha miel. Error! Están exquisitos y son dulces lo justo.Los mejores, para mi gusto, el baklava, pasta filo rellana de pistachos o nueces y el Talagoutes hojaldres con miel, nueces, ajonjolí y canela. Eso sí, un minuto en la boca, toda la vida en las caderas.





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