Hace unos años terminaron los trabajos de restauración.
Las obras consistieron en limpiar la fachada, quitar una serie de bustos de emperadores romanos que había en
la primera planta.
El punto didáctico tan de moda ahora consiste en una serie de maquetas para ver cómo funcionaba el edificio y alguna chuchería que ha salido en las excavaciones.
El punto didáctico tan de moda ahora consiste en una serie de maquetas para ver cómo funcionaba el edificio y alguna chuchería que ha salido en las excavaciones.
El patrocinador ha sido la empresa Tod’s que ha adelantado 25
millones de euros y que tendrá derechos sobre el edificio, inicialmente
mientras duraban los trabajos, después, parece que, gracias a un segundo
acuerdo, se ampliarían otros dos años y por lo que se lee en la prensa
italiana, los derechos de Tod’s y de la asociación de amigos del Coliseo se
pueden ampliar hasta 15 años.
Un negocio redondo si se considera que el año pasado este
gran circo recibió la visita de 5. 650.000 personas recaudando, en ese mismo
tiempo, unos 40 millones de euros. Ante esto, el Tribunal de Cuentas Italiano
está que trina.
En todos los sitios cuecen habas y en mi casa a calderadas.
El Coliseo en metros.
El Coliseo se empezó a construir en el 75 d. C hasta el 80 d.
C. Se utilizaron 100.000 metros cubos de travetino. Tenía 189 metros de largo,
156 de ancho y una altura de 48 metros. En unas dimensiones tan impresionantes,
incluso para nuestra visión contemporánea, podía albergar entre 50 y 70 mil
espectadores en una superficie de 24.000 metros cuadrados.
Para acceder a la arena había 80 entradas
Un día en el Coliseo.
La cosa empezaba con el “editor” es decir, el que organizaba
los juegos, que organizaba una cena abierta al público para los gladiadores y
así la gente podía ver a su favoritos más de cerca. A la mañana siguiente,
desfilaban y empezaban las luchas que podían ser con animales y hombres o entre
hombres.
A la hora de comer se aprovechaba para las ejecuciones que
iban desde las crucifixiones, a echar al prisionero a las fieras. Por la tarde
era cuando tenían lugar los mejores espectáculos.
¿Por qué se llama Coliseo?
Inicialmente, se llamaba Anfiteatro Flavio, porque lo mandó
construir Vespasiano y su hijo Tito. En la Edad Media se empezó a llamar
Coliseo, en teoría,
porque a pocos metros había una estatua colosal del
emperador Nerón.
Hay otra teoría según la cual el nombre le bien de su proximidad
a un templo de Isis “Collis Isei”. También se cuenta que cerca había un templo
pagano en dónde se adoraba al demonio, y como al final de cada ceremonia los
sacerdotes preguntaban a los fieles “Colis Eum?” (Adoras a él?). De ahí el paso
a Coliseum, Coliseo en español.
Esta última teoría resulta un poco difícil de digerir ya que sería
como si al Bernabeu dentro de 500 años lo llamasen “Gol”.
Vivir el Coliseo
Si ya habéis visto este monumento lo más probable es que hayáis
pasado calor, Imaginar a los antiguos romanos a la chicharra varas horas, tenía
que ser un suplicio por necesidad. Para evitar esto, el edificio estaba
cubierto por unos grandes toldos sujetados con cuerdas y vigas de madera.
La entrada era gratuita y cada grupo social tenía su
puesto. Los senadores en las primeras filas, las vestales detrás, luego los
caballeros hasta llegar a los esclavos y los no ciudadanos romanos que estaban
arriba del todo.
En el Coliseo murieron miles de personas.
En la época de los
gladiadores se realizaban rituales en los que utilizaban la sangre de los
muertos en la arena. El mal rollo continuó en la Edad Media. En esa época los
bandoleros utilizaban este espacio para enterrar a sus víctimas y en el 1.500 lo
usaban magos y brujos que utilizaban las plantas que crecían en las ruinas por
sus supuestos efectos mágicos,
Las plantas del Coliseo no
tienen efectos mágicos, pero lo cierto es que varios botánicos llevan años
estudiando la flora que ha crecido espontáneamente entre las ruinas. Parece que
hay unas 350 especies diferentes algunas de las cuales tienen origen exótico.
Información fundamental
Entrar en el Coliseo cuesta 12€.
Lo mejor es ir pronto por la mañana para hacer la menos cola posible, pero advierto que aunque lleguéis a las 8.00 siempre os encontraréis gente delante. No es dificil comprender que si todos los años pasan por la puerta más de cinco millones y media de personas, las colas monstruosas son inevitables.
Hasta hace poco, se podía entrar en el foro romano gratis y se podía comprar la entrada para el Coliseo y el Palatino o sólo el Coliseo. Ahora lo mejor es comprar la entrada para el Foro, Coliseo y Palatino y dura dos días para que dé tiempo a patearlo todo.
Llevad bocatas y agua si lo queréis ver en el mismo día para evitar volver a hacer las colas una y otra vez.
Si por el contrario, preferís parar un segundo y comer sentados como unos señores, hay varios restaurantes bastante buenos y de precios bastante razonables, para ser Roma, en la zona de la via dei Santi Quattro. Queda al lado opuesto del Coliseo considerando la salida del Metro. Además también hay un Carrefour express.
La mejor época es noviembre.
Se abre todos los días de: 8.30 a 16.30 hasta el 15 de febrero
del 16 de febrero al 15 de marzo desde las 8.30 hasta las 17.00.
desde el último domingo de marzo hasta el 31 de agosto desde las 8.30 hasta las 19.15 y del 1 al 30 de septiembre desde las 8.30 hasta las 19.00.
Cierra dos días al años el 1 de enero y el 25 de diciembre.