miércoles, 7 de febrero de 2018

Imprescindible Roma

Por muchas veces que vayas a Roma siempre habrá algo que te queda por ver. En mi caso era, hasta hace poco los Museos Capitolinos.
Igual porque están en el centro, detrás de plaza Venecia, piensas que podrás ir en cualquier momento.


Los Museos Capitolinos 

es algo imprescindible para el que le gusten, los museos, la antigua Roma y quiera tener una idea de la historia de la ciudad.
La colección abarca desde la época romana hasta el 1700.
Disfrutar de todas las piezas que tienen te puede ocupar tranquilamente una mañana entera pero vale la pena perderse por sus salas.

Se llama Museos Capitolinos porque está divididos en tres edificios unidos entre sí: Palazzo Nuovo, Palazzo dei Conservatori y Palazzo Senatorio. 

Este último tiene más una función de paso entre el uno y otro. 
Eso no quita para que se pueda ver ahí los cimientos del templo de Veiove y el Tabularium, antigua sede del archivo romano fundado por Catulo en el 78 a. C.

Palazzo dei Conservatori

En el primer piso están los apartamentos de los Conservadores todas con frescos magníficos y bronces, en estas salas se reunían los conservadores para tomar decisiones sea públicas que secretas. 

La sala que más me ha gustado es la de los capitanes, quizás por las impresionantes esculturas de Marco Antonio Colonna, miembro de la familia que tenía el palacio en Plaza Colonna y que por tradición dicen descender de Julio Cesar. 
La otra escultura interesante es de Carlo Barberini, otro de los que cortaba el bacalao en Roma en el 1600. A su familia se la considera responsable del espolio de mármol y esculturas romanas tanto es así que se dice "Lo que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini".
Comento esta curiosidad porque esta frase lapidaria apareció en una de las estatuas habladoras de Roma.

Le statue parlanti (las estatuas que hablan)

En Roma la libertad de expresión en tiempos de los Papas se traducía en poner carteles en ciertas estatuas diciendo lo que se pensaba. 
La frase que señalo, apareció en una de estas estatuas que está en plaza Navona (Pasquino) pero la otra que "hablaba" está en el patio del museo capitolino y es la Marforio. 
Estas dos estatuas dialogaban entre si. 
Uno de estos diálogos sonados fue cuando los franceses, con Napoleón al mando, tomaron Roma y empezaron a llevarse todas las obras de arte que pudieron. Marforio le preguntó a Pasquino "¿Es verdad que todos los franceses son ladrones?" a lo que Pasquino contestó " Todos no, Bona parte". 

Esculturas monumentales

Las salas de verdad importantes son las que conservan los restos de la antigua Roma. Los vemos en la zona del Museo del Palazzo dei conservatori. Allí vemos en primer lugar el original de la estatua ecuestre de Marco Aurelio que adorna la plaza de Capitolio. Además de partes de una impresionante escultura de Constantino. 

Una pieza llena de fuerza es, en mi opinión, la que representa a un león atacando un caballo.
En la zona del museo nuevo tienen un conjunto interesante de obras funerarias, desde sarcófagos con una evidente influencia etrusca hasta aras mortuorias y lápidas.

Bustos de personajes romanos a montones, algunos de emperadores otros de filósofos muchos de personajes que el tiempo ha olvidado sus nombres, todos de una calidad impresionante.
Una de las cosas que me ha encantado ha sido la reconstrucción de un carro de triunfo, ósea el carro que pudo usar un general romano para entrar en Roma después de una victoria. 

Sin olvidar la sala del gladiador con una escultura que no pone de acuerdo a los expertos, para unos es un gladiador, para otros un galo al que se le ha roto el cuerno para llamar a la batalla y que agoniza sobre su escudo y junto a su espada. 


Lo bueno del museo Capitolino es que tiene una cafetería muy maja con una terraza muy grande que ofrece unas vistas inmejorables del centro de Roma. 
Se ve el teatro Marcelo por una parte, por otra parte del Altar de la Patria y por otra un poquito de Foro Romano. 
Además hacen un cappuccino estupendo con una espuma cremosa. Riquísimo a 1,90€.

En el palazzo Nuovo también tienen una pequeña sala egipcia 
Los apasionados por las joyas y la numismática no se pueden perder la colección Santarelli en el Palazzo Clementino Caffarelli. Monedas de todas las épocas de oro, plata y bronce y además joyas y camafeos de una belleza impresionante. 

A los que les gusten los cuadros imprescindible la pinacoteca que recoge obras desde la Edad Media hasta el 1700 en unas salas con un parqué que suena como un tablao flamenco. Parece que todas las maderas están sueltas o medio sueltas. 
También hay una importante colección de porcelanas, centros de mesa que parecen esculturas y un par de vitrinas con porcelanas chinas que curiosamente recogen a varios budas y personajes chino de lo más sonrientes.





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